(5º)

En el suelo del espacio intervenido, unos ladrillos, pintados en blanco, reproducen fielmente la planta del lugar con un giro de 5º. Levantando los muros de esta nueva demarcación obtendríamos, por tanto, una réplica exacta y desplazada de este espacio. En este caso, a diferencia de los cuts donde el dibujo es invención de un trazado imaginario, la forma de la estructura viene dada por el propio plano de la sala.

Ya no se trata, aquí, de un plano concepto, espacio sugerido, sino de una construcción real y habitable sometida a un desplazamiento que disloca e intranquiliza nuestra mirada y, con ello, nuestra percepción del lugar.

¿Ruina, memoria, o espacio en proceso de construcción?

El giro indaga en esta cuestión ya que, al igual que sucede con la re-construcción de la memoria, nos encontramos con un desplazamiento, un espacio en blanco, que abre un vacío entre los hechos y su recuerdo re-interpretación.  Una zona de perplejidad y extrañeza, que deviene ficción, fingimiento, invención.

El intersticio se erige en protagonista. Lo no formulado, lo que se halla  fuera de los márgenes, un lugar fluctuante entre claridad y complejidad.